Judías Arrocinas

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Por fin podemos decir que el Otoño ha llegado a Sevilla
Estoy escribiendo estas letras, arrebujada en mi mantita, tomándome un café recién hecho bien calentito, porque no entro en calor, pensando que ya va ser hora de poner la falda de camilla a la mesa, y subir el brasero (eléctrico, no vaya a pensar nadie, que aún sigo utilizando cisco o picón de encina, ja, ja, ja...), guardado lo tengo en el garaje, bueno "garaje" por llamarlo de alguna manera, al principio esa era su finalidad, pero con el paso de los años y después de una reforma y dos mudanzas, se fue llenando de cajas, y ahora más bien parece un tetris, que el lugar idóneo para guardar el coche, no sé cómo me las apaño pero cada vez hay más "trastos", cuando me pongo a organizarlo, de vez en cuando, pienso: "lo que haga más de dos años que no utilizo, a la basura", pero no hay remedio, cuantas más cosas saco, más cosas hay que me da pena tirar, por lo que muchas al final, vuelven a quedar en el mismo sitio donde se encontraban, y otras las pongo para reciclar o dar a quienes crean que puedan sacar algún provecho de ellas. 
Yo soy más de mesa de camilla, porque hace el ambiente muy cálido y acogedor, la calefacción se enciende solo cuando el día es bastante frío; ya que nuestra casa está orientada al sur, y recibe muchas horas de sol al día. Además cuando encendemos la chimenea, sigo con los pies fríos, aunque me ponga dos pares de calcetines y no pare de echar leña al fuego, tengo que seguir echando mano de la mantita del sofá, así que mi mesa de camilla que no me la quite nadie, una costumbre muy de mi tierra por cierto.
¿Y tú que prefieres mantita o mesa camilla, o las dos cosas quizás?
Hoy, porque así me lo pide el cuerpo, he cocinado un delicioso plato de legumbres tiernas, bien rápido de hacer, que te dejen satisfecho y muy a gusto; porque todo en esta casa no van a ser tortillas, de vez en cuando también comemos otras cosas, que siempre sientan de lujo. Como diría mi amigo Enrique: "¡Esto sí que es vida compadre!", y con estos fríos es lo que más apetece, ¿no dan ganas de meter la cuchara en el plato?

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INGREDIENTES
  • 300 gr de Judías Arrocinas
  • 1 Chorizo de Jabugo
  • 1 Cebolla
  • 3 dientes de Ajo
  • 1 Pimiento Rojo
  • 1 c/p de Pimentón de La Vera
  • 1 hoja de Laurel
  • 1 c/p de Sal
  • Aceite de Oliva Virgen Extra (1 c/s por comensal)
  • Agua

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ELABORACIÓN
  1. Poner las judías a remojo al menos 12 horas, en abundante agua fría, preferentemente filtrada o mineral.
  2. Una vez transcurrido el tiempo de remojo, tirar el agua, enjuagarlas y ponerlas en una olla cubiertas de agua (filtrada o mineral), un par de dedos por encima de las legumbres.
  3. Disponer las verduras encima, la cebolla entera y sin piel, los ajos enteros y con piel, el pimiento troceado sin semillas.
  4. Quitar la piel al chorizo, y trocearlo en cuatro trozos, añadirlo a la olla.
  5. Añadir la cucharadita de pimentón dulce.
  6. Poner una cucharada de aceite de oliva por comensal, más una extra; añadir la sal y la hoja de laurel.
  7. Poner la olla al fuego, y cuando comience a hervir, tapar y cocinar a presión unos 18 minutos. 
  8. Para este variedad de judías con este tiempo es suficiente, para que se pongan tiernas, salen enteras y no será necesario añadir más agua; si se cocinan a fuego lento, sin presión, la sal no se añadirá hasta el final; el tiempo de cocinado será de 1 h 30 m aproximadamente; se le irá añadiendo agua en poca cantidad, poco a poco, hasta el final de la cocción, con cuidado para que no queden caldosas.

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De Buena Mesa



Quiero agradeceros vuestro paso por este rinconcito de mi cocina.
Todo lo que comparto con vosotros lo hago con agrado, y siempre pensando en haceros la vida lo más feliz posible.
¡¡Gracias!!



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